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sábado, 24 de octubre de 2009

¡Qué ironía!




Cuando estudio mas y mas  las Escrituras me doy cuenta de cuan ciegos estamos todos. Los que decimos amar a Dios y querer hacer su voluntad somos mas desobedientes que los que no creen en Dios. Nos pasamos cantando alabanzas en donde le imploramos a Dios querer hacer su voluntad, como si Dios mismo nos negase saber su voluntad. Oramos diciendole que nuestras vidas les pertenecen, que nos hemos sometido a él, que el es señor en nuestras vidas y sin embargo no nos percatamos de cuan desobedientes somos.

La voluntad de Dios fue dada al hombre por medio de la palabra escrita y todavía es que pocos son quienes la conocen. La voluntad de Dios para nuestras vidas son sus mandamientos y ni siquiere podemos obedecer los primeros cuatro.

Nos dice que amemos a Dios sobre todas las cosas y sin embargo nos amamos a nosotros mismos primeramente, pues hacemos nuestra voluntad y no la de Dios.

Nos dice claramente que no nos hagamos ninguna imagen de el, por que no hay nada como el en su creación, y pensamos rapidamente en los católicos y no nos damos cuenta que nosotros nos inclinamos delante de una cruz de madera y decimos que ese quien está crucificado en esa cruz es Dios, pues creemos que Jesus es Dios. Es bastante irónico que los que tengan dicha creencia se inclinen  delante de una imagen de madera, la cruz de Cristo.

Nos dice claramente que no profanemos el séptimo día el cual él apartó desde la creación como día de reposo y sin embargo decímos que ahora el santo día es el primer día de la semana, el domingo.

Nos dice que no tomemos su nombre como algo vano y sin embargo eso es exactamente lo que hacemos cuando somos desobedientes y voluntariosos.

Nos olvidamos que Israel fue castigado por desobedecer el pacto, el obedecer toda la palabra de Dios. El nuevo pacto consiste en poner la voluntad de Dios en nosotros para que obedezcamos a su palabra. ¿Pero que hacemos?

Decimos que no podemos cumplirla porque somos débiles y por eso es que Dios mandó a su hijo a  morir para pagar por nuestras transgreciones a su ley. Reconocemos que Jesús si cumplió todos los mandamientos y razonamos que es porque él es Dios, el cual es capaz de hacer todo perfectamente.


Nos exhortamos unos a otros a "andar como el anduvo", a imitarlo. El anduvo cumpliendo la voluntad de su Padre osea guardando todos sus mandamientos. Pero a la misma vez decimos que no podemos hacerlo porque es bien difícil.

Tanto Jesús, como sus discípulos y apóstoles nos exhotaron a guardar los mandamientos de Dios. ¿Acaso nos pidieron algo imposible de hacer?

Hermanos, leamos bien las Escrituras y veremos que toda estas enseñanzas acerca de la imposibilidad de nosotros de guardar la Ley son meramente excusas para la desobediencia y hacer nuestra voluntad y no la de Dios.

Yo no me considero una persona que esté guardando los mandamientos pero reconozco que los estoy desobedeciendo. Guardar la Ley no es para salvación sino para demostrar que amamos a Dios.

La Ley es santa y buena, estas son las buenas obras que Dios creo de antemano para aquellos que le aman.

Efesios 2:10 RV60
(10)  Porque somos hechura suya,  creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

1 Juan 5:3 PDT
(3)  ¿Cómo demostramos el amor a Dios? Lo demostramos obedeciendo sus mandamientos, y sus mandamientos no son difíciles de obedecer,


Dios les dio mandamientos a Israel luego de haber sidos salvados de Egipto, no antes de ser salvados, para que aprendieran a como relacionarse con un Dios santo. De la misma manera nosotros somos perdonados de nuestras transgreciones a la Ley de Moisés por medio de la justicia imputada a Cristo para que de ahora en adelante aprendamos a caminar en obediencia a Dios y mostrando así que le amamos, honramos y respetamos.

Cada cual examine su corazón, su fe y mire a ver si realmente estas haciendo tu voluntad o la de Dios. Que Dios nos tenga misericordia a todos por lo desobedientes que somos.


Shalom!

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