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lunes, 13 de agosto de 2012

El silencio de la Iglesia ante la intolerancia del islam en Egipto


Cristianas coptas de Egipto son secuestradas y forzadas a convertirse al islam ante el silencio de la comunidad internacional

Un grupo de niñas egipcias de religión cristiana.
Un grupo de niñas egipcias de religión cristiana.
“Dile a mamá que la echo de menos”, decía al otro lado del teléfono, desesperada, una joven de 19 años. De repente, la llamada se cortó. Cuando su padre, asustado, volvió a llamar, un hombre contestó: “Tu hija es una inconsciente; escucha lo que te digo: si intentas recuperarla, sabes que te mataré y que quemaré vuestra iglesia”.
Esta es la cruda realidad de la comunidad copta en Egipto. Niñas secuestradas y obligadas a renunciar a su fe, padres que no vuelven a ver a sus hijas, violaciones y agresiones. En los últimos cinco años al menos 550 cristianas fueron secuestradas y obligadas a convertirse al islam, según un informe realizado por la organización Solidaridad Cristiana Internacional –CSI, por sus siglas en inglés–. Y la cifra va en aumento desde la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
El informe, titulado Dile a mamá que la echo de menos, está basado en 21 testimonios de mujeres y sus familiares, que cuentan el horror de su secuestro y denuncian la pasividad tanto del Gobierno egipcio como de la comunidad internacional.
Entre las críticas a las autoridades egipcias, resaltan el hecho de que estas “se nieguen a restaurar las identidades religiosas cuando las chicas son rescatadas y regresan a casa”. Para conseguirlo deben recurrir a los tribunales, lo que supone un gasto económico a veces “inasumible” para muchas personas.
La mayoría de los casos son secuestros violentos, pero en otros, indica el informe, “terceras personas engañan a las niñas para que se fuguen con ellos”. En este caso, dicen, “se fijan siempre en mujeres con dificultades económicas, familiares o anímicamente inestables, ya que son más fáciles de persuadir”.
Críticas
“Yo no paraba de gritar. No sabía lo que ese hombre quería. No tenía ni idea de por qué lo hacía”, explica Ann, joven cristiana que escapó de su secuestrador y que, ahora, vive refugiada en Estados Unidos. “Cuando pienso en ello, doy gracias a Dios”, dice Ann. “Pero no puedo parar de pensar en las que no lograron escapar. ¿Qué pasa con ellas?”, señala en un tono crítico.
Solidaridad Cristiana Internacional lleva años exigiendo al Gobierno norteamericano que ayude a todas estas mujeres. “No me importa quién esté en la Casa Blanca; demócrata o republicano. Cuando las mujeres son víctimas de abusos, cuando se violan constantemente los derechos humanos de una persona, no se puede ser partidista”, asegura el portavoz de la organización, Chris Smith.
La situación de los cristianos coptos en Egipto ha empeorado notablemente desde la caída de Mubarak. Desde entonces, más de 100.000 cristianos han abandonado el país rumbo a Estados Unidos, Australia y Europa, según un informe publicado por la Federación egipcia por los Derechos Humanos.

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